¿Crearon arte los Neandertales?

En los últimos años se ha hablado mucho del llamado hombre de Neandertal (el Homo Neandertalensis científico). Conocemos bastante información sobre esta especie humana que nos precedió en la colonización de Europa. Sin embargo, todavía quedan muchos puntos oscuros para aclarar. ¿De dónde vinieron? ¿Cuál era su origen? ¿Por qué se extinguieron? ¿Es verdad que se mezclaron con los humanos modernos? Y, sobre todo, una de las preguntas que más revuelo ha levantado últimamente: ¿crearon arte los Neandertales?

En este artículo realizaremos un breve análisis sobre el estado de las investigaciones en la actualidad, y trataremos de extraer una serie de conclusiones sobre si el hombre de Neandertal estaba, efectivamente, capacitado para la expresión artística. Veámoslo a continuación.

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La teoría del arte de los neandertales

En febrero de 2018, un artículo publicado en la revista Science sugería la posibilidad de que los Neandertales hubieran creado arte por lo menos 20.000 años antes de la llegada del Homo Sapiens a Europa. El artículo causó bastante polémica en su momento, ya que hasta entonces no se había probado que esta especie humana ya extinta hubiera creado arte de la misma forma que los humanos actuales.

El artículo se basaba en el descubrimiento de una pigmentación, que parecía artificial, en la superficie de tres cuevas situadas en España: La Pasiega (Cantabria), Maltavieso (Extremadura) y los Ardales (Andalucía). Las primeras pruebas habían datado los pigmentos con una antigüedad de, al menos, 64.000 años, lo que significaba que se habían realizado muchísimo antes de la llegada del Homo Sapiens a Europa; es decir, cuando las cuevas europeas estaban habitadas por Neandertales.

Se levantaron algunas voces en contra de esta teoría, que sostenían que estos pigmentos podrían ser, simplemente, oxidación natural de la cueva y que, en ese caso, nada tendrían que ver con la mano humana. Pero últimamente se ha venido corroborando la teoría Neandertal, ya que, según los últimos descubrimientos, la pigmentación en cuestión nada tiene que ver con la naturaleza geológica de la cueva. En otras palabras: las paredes se cubrieron de pigmentos de forma intencionada.

Si esto último es cierto, estaríamos ante la primera manifestación conocida de arte de la historia y, evidentemente y a la luz de la datación por carbono, los autores serían, efectivamente, nuestros parientes los Neandertales.

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¿Quiénes eran los neandertales?

En 1856, se encontraron unos restos óseos en el valle de Neander, cerca de Düsseldorf. Los restos eran evidentemente humanos, pero presentaban unas peculiaridades: las piernas estaban muy arqueadas y, en la frente, el cráneo ofrecía una morfología muy extraña, ya que los arcos supraciliares estaban excesivamente desarrollados. Franz Mayer anunció una teoría como mínimo curiosa. Según este anatomista alemán, los restos correspondían a un cosaco ruso que perseguía a Napoleón y que sufría raquitismo. Esta enfermedad explicaría, según el científico, la forma de las piernas. Asimismo, afirmaba que el dolor que le producía el raquitismo le había hecho arquear las cejas en demasía, lo que había provocado la extraña morfología de su frente.

Semejante teoría nos puede parecer de todo menos científica, pero tenemos que pensar que, a mediados del siglo XIX, el público aún no estaba preparado para creer que, en un pasado muy remoto, habían existido otras especies humanas sobre la tierra. Pero la verdad es que así era. El hombre de Neandertal vivió en Europa y Asia occidental hace unos 230.000 (durante el Paleolítico Medio), muchísimo antes de que el Homo Sapiens, nuestra especie, llegara de África.

Los hombres de Neandertal eran muy parecidos a nosotros, pero presentaban algunas diferencias significativas. Para empezar, su esqueleto era más robusto y pesado, con unas extremidades mucho más cortas que las nuestras. Pero quizá el rasgo más característico de esta especie humana son los arcos supraorbitarios, extraordinariamente desarrollados, y la falta de mentón. En cuanto a la capacidad craneal, parece ser que era superior a la de nuestra especie. Socialmente, se reunían en pequeños grupos de hombres y mujeres y practicaban la caza y la recolección.

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¿Por qué se extinguieron los Neandertales?

Hace unos 28.000 años, los neandertales desaparecieron de Europa y de Asia. ¿Qué sucedió? Existen muchas teorías al respecto, pero ninguna goza de la aceptación unánime de los científicos. Se ha comprobado que el hombre de Neandertal convivió al menos 5.000 años con el Homo Sapiens, así que se ha barajado la posibilidad de que se extinguieran por inferioridad genética (es decir, una menor adaptación al medio) o por una endogamia frecuente, que aumentara las enfermedades hereditarias en los grupos. Existe otra teoría, y no es otra que la asimilación de especies. En otras palabras, que Neandertales y Sapiens se hubieran apareado y hubieran tenido descendencia en común. De ser eso cierto, los Neandertales no se habrían extinguido, sino que su genética seguiría viva en nosotros.

El artículo del New York Times Neanderthals in Europe Died Out Thousands of Years Sooner Than Some Thought, Study Says (“Un estudio sostiene que los Neandertales en Europa se extinguieron miles de años antes de lo que se creía”), afirma que se ha evidenciado genoma neandertal, en proporciones de entre el 1 y el 4%, en personas de origen no africano.

Erik Trinkaus, de la Universidad de Washington, también sostiene esta teoría, y afirma que muchos de los fósiles encontrados, especialmente los de un niño de Lagar Velho en Portugal y los de Pestera Muierii, en Rumanía, corresponden a individuos híbridos. Y, finalmente, Paul Jordan, en su libro Neanderthal, corrobora esta teoría cuando sostiene que, sin contemplar la teoría de la hibridación, la morfología de algunos cráneos encontrados no se puede explicar satisfactoriamente.

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Pero ¿hacían arte los Neandertales?

Para responder a esta pregunta, primero deberíamos preguntarnos si la especie neandertal estaba capacitada para crear arte. La creación artística es un fenómeno exclusivamente humano, y se requiere una alta capacidad de abstracción que el resto de los animales, en principio, no tiene. Los Neandertales eran humanos, por supuesto, pero se trata de una especie diferente a la nuestra. ¿Tenían nuestros parientes, entonces, la capacidad de abstracción necesaria para crear arte?

Los rituales religiosos

A la luz de las evidencias, la respuesta parece ser un sí. El hombre de Neandertal poseía una capacidad innegable de abstracción, ya que, de hecho, practicaba ritos funerarios. Se han encontrado evidencias arqueológicas de rituales relacionados con el más allá; en concreto, una serie de enterramientos de más de 40.000 años de antigüedad que, al parecer, fueron enteramente deliberados.

Un estudio llevado a cabo por un equipo multidisciplinar, en el que se encuentra el Museo Nacional de Historia Natural de Francia y la Universidad del País Vasco, señala que el niño que se encontró entre los restos de La Ferrassie, en la Dordoña francesa, fue enterrado hace más de 40.000 años. Las conclusiones del estudio se basan, entre otras cosas, en la posición y la conservación de los restos, que demuestran que el cuerpo fue enterrado deliberada e inmediatamente después de la muerte del pequeño. Esto confirmaría la teoría de que los Neandertales enterraban a sus muertos. Pero, la pregunta es: ¿Lo hacían como parte de un ritual religioso, o simplemente era una cuestión pragmática?

El hecho de que muchos de estos enterramientos se efectuaran con el cuerpo en posición fetal (como los enterramientos de la cueva de Shanidar, en Irak) demuestra que sí, que los Neandertales poseían cierta capacidad simbólica. Porque enterrar un cuerpo en posición fetal implica relacionar la muerte con el nacimiento o, en este caso, con la resurrección. Por tanto, es muy probable que nuestros parientes tuvieran una capacidad de abstracción muy parecida a la nuestra.

Además, durante los últimos años se han venido encontrando indicios de supuestos rituales relacionados con el cráneo y con el culto al oso, aunque todo ello está muy cuestionado todavía por la comunidad científica.

La capacidad simbólica implica capacidad artística

A la luz de estas evidencias arqueológicas, se puede afirmar que sí, que los Neandertales poseían capacidad simbólica, es decir, de abstracción. Por lo tanto, no es descabellado suponer que, del mismo modo que practicaban ciertos rituales para despedir a sus muertos, también practicaban la creación artística.

Esta creación artística podría estar relacionada, precisamente, con rituales religiosos. De hecho, y tal y como apunta Rebeca Martín Llompart en su trabajo El origen de la conciencia de la muerte, es muy probable que a los enterramientos se les uniera una serie de símbolos: cánticos, un tipo concreto de vestimentas, etc. Y creemos que también podría ser, por qué no, que los pigmentos encontrados en la cueva de los Ardales estuvieran relacionados con un ritual, fuera o no de cariz funerario.

Conclusiones

Como se puede ver, la polémica está servida. Los expertos siguen sin ponerse de acuerdo; pero lo que está bastante claro es que los hombres y las mujeres neandertales eran perfectamente capaces de ejercer un pensamiento simbólico, tal y como atestiguan los restos arqueológicos. Y del pensamiento simbólico y el ritual a la creación artística, hay un paso muy, pero que muy pequeño.

Tal y como dice Rebeca Martín Llompart en su ya citado trabajo El origen de la conciencia de la muerte, “negar la conducta funeraria ligada a un comportamiento mágico-religioso en el Homo neandertalensis sería imposibilitar que estos poseyeran una conciencia de la muerte y, por lo tanto, de sí mismos, siendo sus capacidades intelectuales tan análogas a las de sus semejantes Homo sapiens”. Efectivamente: siendo nuestras diferencias tan pequeñas, ¿por qué no aceptar que los Neandertales poseían las mismas capacidades artísticas que nosotros?

La investigación sigue su camino. Esperemos que, en un futuro muy cercano, podamos descifrar los misterios que todavía guardan nuestros parientes. Y ojalá nos demos cuenta de que, en realidad, no somos tan distintos.