Vemos, oímos, olemos, tocamos... El ser humano recibe una gran cantidad de diferentes estímulos que experimentamos a través de los sentidos. Sin embargo lo que nuestros receptores sensoriales captan son únicamente datos crudos, que por sí mismos no nos servirían para sobrevivir.
Por ejemplo, si no fuésemos capaces de vincular la percepción visual con la sensación de amenaza, un depredador podría devorarnos fácilmente. Tampoco seríamos capaces de componer una melodía, o de disfrutar de un beso. Incluso si hablamos solo de una percepción y la centramos únicamente en un sentido, no seríamos capaces de darle un significado.
Necesitamos ser capaces de juntar los datos percibidos e integrarlos por tal de que tengan sentido. De ello se encargan diferentes núcleos como el tálamo, así como también áreas cerebrales como la corteza asociativa. De esta última tratará este artículo, centrado en explorar los tipos, funciones y lesiones asociadas a la corteza asociativa y sus partes.
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La corteza asociativa y sus funciones
Denominamos corteza asociativa a la parte de la corteza cerebral (la parte más externa y visible del encéfalo) encargada principalmente de asociar y vincular entre sí las diferentes informaciones procedentes de regiones cerebrales encargadas de los diversos sentidos o de poseer los programas necesarios para la realización del movimiento.
Dicho de otro modo, se trata de las áreas de la corteza cerebral que permiten integrar la información de un mismo sentido y/o de varios de manera que podamos tener una percepción conjunta de los estímulos y el entorno. Así, son las que a grandes rasgos nos permiten ser conscientes de lo que nos rodea e incluso de nosotros mismos, pues gracias a ellas podemos interpretar la realidad y reaccionar de forma adaptativa a ella. La información procesada puede ser sensorial o motora.
Tipos de corteza asociativa
Existen diferentes tipos de corteza asociativa, en función del tipo de información que procesen.
1. Corteza asociativa unimodal
El córtex de asociación unimodal es el que se encarga de procesar la información proveniente de un único sentido o de cara a realizar una única función (como el movimiento). Estas cortezas se sitúan por lo general en las cercanías de las regiones que procesan la información de los sentidos o la necesaria para moverse.
Se trata de aquellas áreas que se vinculan al procesamiento e integración de información sensorial o motora. Permiten entre otras cosas el reconocimiento e interpretación de los estímulos.
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2. Corteza asociativa multimodal
Este tipo de corteza se encarga de integrar las informaciones de diferentes modalidades sensoriales, permitiendo la interpretación del entorno y la planificación y ejecución de operaciones mentales o conductas.
3. Corteza asociativa supramodal
Este tipo de corteza asociativa se diferencia de las anteriores por el hecho de que no trabaja directamente información de ninguna modalidad sensorial, si no que se vincula a aspectos cognitivos. A menudo se considera multimodal.
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Principales áreas asociativas unimodales
El número de de áreas y estructuras asociativas es muy elevado, debido a la necesidad de integrar la información que llega del cerebro y actuar en consecuencia. De hecho, se considera que más del 80% de la corteza cerebral realiza algún tipo de función de asociación.
Si hablamos de áreas de asociación unimodales, podemos encontrar entre ellas las siguientes.
1. Área visual secundaria
Las informaciones visuales son integradas en esta región cerebral, vinculándose aspectos como el color, la forma o la profundidad.
2. Área auditiva secundaria
Gracias a ella somos capaces de integrar informaciones auditivas, como por ejemplo el tono y el volumen.
3. Área somática secundaria
En este área se integran las percepciones procedentes de la somestesia, el conjunto de sensaciones que captamos de nuestro propio cuerpo.
4. Área premotora y corteza motora suplementaria
Áreas asociativas de tipo motor dedicada a la integración de las señales necesarias para preparar una acción o conducta. Posee los programas necesarios para llevar a cabo un movimiento.
Tres grandes áreas de asociación multimodal y supramodal
En lo que respecta a las áreas de asociación multimodal y supramodal, de manera general podemos indicar la existencia de tres grandes áreas cerebrales.
1. Corteza asociativa prefrontal
Situada por delante de la corteza motora, la corteza prefrontal es una de las áreas cerebrales que mayor vinculación tiene con respecto al control y gestión de la conducta, siendo en gran medida responsable de cómo somos. Se encarga principalmente de tareas cognitivas y de gestión conductual, incluyendo aspectos como el razonamiento, la predicción y planificación, la toma de decisiones o la inhibición de conducta.
De esta área parten pues el conjunto de funciones ejecutivas, así como también la formación de la personalidad de cada uno de nosotros. Gracias a ella somos capaces de adaptarnos a las situaciones y elaborar estrategias y metas. También resulta relevante en la expresión del lenguaje, debido al importante papel del área de Broca.
2. Área de asociación parieto-temporo-occipital
Este área de asociación se encuentra situada entre los lóbulos temporal, parietal y occipital, integrando diferentes informaciones procedentes de sentidos como la visión, el tacto y el oído. Este área asociativa resulta fundamental para el ser humano, puesto que es en gran medida gracias a ella vinculamos los datos procedentes de las distintas vías perceptivas.
Permite el simbolismo, la interpretación y el entendimiento de la realidad como un todo conjunto. También permite la percepción consciente y la orientación. Gracias a ella (concretamente a la situada en el hemisferio izquierdo) también somos capaces de interpretar el lenguaje tanto oral como escrito.
3. Corteza límbica
La corteza límbica es la tercera de las grandes áreas de asociación multimodales. En esta corteza asociativa se integran las informaciones provenientes del sistema límbico. Permite comprender nuestras emociones y asociarlas a aspectos concretos de la realidad, así como la vinculación de éstas con los recuerdos. También influye en la captación de emociones en los demás.
Efectos del daño en estas áreas
El efecto de una lesión o una alteración de alguna de estas áreas puede tener diversos efectos de intensidad y gravedad variable, alterando nuestra conducta y percepción.
Lesiones en áreas de asociación unimodal provocarán dificultades en el reconocimiento de los estímulos, generando agnosias. Es decir, vemos algo pero no sabemos qué es, o tocamos algo pero no podemos determinar de qué se trata. En lo que respecta a lesiones en áreas de asociación motoras, concretamente en la motora suplementaria, tiende a generar descoordinación y apraxia de manera que el seguimiento de acciones que requieran movimientos secuenciados va a verse profundamente afectado, siendo mínimo o inexistente.
En lo que respecta a lesiones en áreas de asociación multimodal, los daños pueden afectar a una gran cantidad de funciones y procesos mentales complejos. Si se dañan las áreas del lenguaje se van a producir afasias (especialmente aquellas en que existen problemas de comprensión). En el caso del prefrontal, un daño en esta zona puede alterar la personalidad y la autogestión de la persona, provocando desde desinhibición y agresividad hasta incapacidad para mantener la concentración, establecer metas o seguir planes.
Respecto a la corteza asociativa, se puede dificultar o imposibilitar la expresión emocional o la captación de ésta en los demás, así como desvincular la emoción de la estimulación que se esté recibiendo.
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