A lo largo de la historia, hemos comprobado cómo la ideología reinante en diferentes culturas, sociedades y épocas ha ido variando enormemente. Sin embargo sabemos que la mayoría de gente tiene unas creencias que tienden estar de acordes con las de la mayoría. Los grandes cambios ideológicos han sido impulsado por ideas que han surgido de unas pocas personas y que a lo largo del tiempo han ido siendo aceptadas por muchos otros conciudadanos.
Aunque inicialmente los grandes descubrimientos y avances fueran vistos con miedo o incluso con repugnancia, al final muchos de ellos han alcanzado la aceptación social y han pasado a ser la norma. Ejemplos de ello lo encontramos en la creencia en la igualdad de razas, credo, sexos y orientaciones sexuales, o la consideración de que la Tierra era redonda y de que no era el centro del Universo. Estos cambios se deben a que alguien pensó y defendió unas ideas no compartidas por la mayoría hasta que finalmente se expandieron por la población. Estamos hablando de la expansión de ideas.
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¿Qué necesita una idea para expandirse?
La expansión de ideas que empiezan siendo sostenidas por muy pocas personas para con el tiempo acabar siendo la corriente de pensamiento mayoritario se vincula en gran medida con la influencia de las minorías.
Generalmente, la mayor parte de la población tiende a buscar y a mantener unos criterios y creencias acordes con lo que la sociedad y la comunidad suele dictar. La adscripción a dichas creencias es relativamente sencilla, teniendo en cuenta que el entorno y el sentido de pertenencia facilitan que las ideas mayoritarias sean absorbidas por la población.
Pero las ideas minoritarias o innovadoras no lo tienen tan fácil para abrirse camino, especialmente cuando ya existe una visión preexistente del mismo tema seguido por una mayoría.
Para que una idea minoritaria acabe por expandirse, suele precisarse en primer lugar que la idea en cuestión sea percibida como consistente. Es decir, que aunque puede presentar diferencias a lo largo del tiempo, dichas diferencias siguen una línea base identificable que no se modifica.
Se trata de mantener la coherencia, tanto a nivel intrapersonal como interpersonal (es decir que la idea base sea igual para la propia persona a lo largo del tiempo y que también lo sea para las distintas personas que la defienden). Esta coherencia debe ser mantenida aún a pesar de la existencia de presiones (tanto si son explícitas como implícitas) o desaprobación social de la mayoría, que sin embargo termina por fijarse en dicha persistencia.
Otro elemento a tener muy en cuenta es el hecho de que la expansión de ideas se de no solo entre personas que pertenecen a un mismo colectivo minoritario, sino que también lleguen y sean aceptadas por algunos exponentes de la mayoría. Esto es importante de cara a que otras personas que forman parte de una misma corriente ideológica se fijen en la nueva idea como algo que ha resultado aceptable por alguien que pertenece al mismo grupo con el que se identifican. Servirían, así, como ejemplo para que la expansión de la idea en cuestión se vaya produciendo.
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El proceso de contagio ideológico
La idea minoritaria no es aceptada de inmediato: la mayoría en un principio la ignora o incluso la desprecia. Pero poco a poco se va sabiendo de ella, de su consistencia a lo largo del tiempo, y algunas personas van simpatizando con la ideología en cuestión. Poco a poco, algunos de los miembros de la mayoría pasan a considerar la idea como algo positivo, y en algunos casos llegan a compartirla.
A su vez, dicha “conversión” es percibida por el resto del grupo mayoritario como algo viable y empieza a verse que la idea no es solo de “el diferente”, sino algo que puede ser abrazado por otros. Y según se va compartiendo más y más, acaba alcanzando a un número significativo de la población, que a su vez va a generar cada vez mayor aceptación social. Al final, la idea que al principio se consideraba extraña puede llegar a convertirse en la mayoritaria.
El punto de inflexión
Se considera que existe un punto de inflexión a partir del cual una idea en principio minoritaria pasa a ser observada y a expandirse a gran velocidad. Algunos estudios identifican este punto llega cuando la idea o ideología en cuestión se expande hasta lograr alcanzar a alrededor del 10% de una población. Si bien hasta entonces la idea se ha ido expandiendo, es a partir de este punto en que empieza a hacerse un gran eco social y alcanza unas cotas de expansión que pueden llegar a convertirla en mayoritaria.
Ejemplos
Ejemplos claros de la expansión de ideas son de los que se pueden observar en la introducción de este artículo. Los derechos de los negros, de las mujeres y de los homosexuales fueron aspectos que en sus inicios fueron considerados aberrantes y ridículos, y que sin embargo a día de hoy (aunque aún persisten en algunos sectores sociales quienes se oponen) son elementos que se encuentran integrados o en proceso de integración en la mayor parte de la sociedad.
Por ejemplo, hace dos siglos pensar que una mujer pudiese votar, que los negros tuviesen los mismos derechos que los blancos o que alguien que sintiese inclinación sexual hacia personas de su mismo sexo mereciese y pudiese amar a quien quisiera era impensable, pero hoy en día lo que es extraño para la mayoría es lo contrario.
También múltiples avances científicos, como por ejemplo la realización de cirugías que suponen la apertura del cuerpo y la manipulación de órganos internos (algo impensable y criminalizado en otras épocas), la importancia de la higiene o elementos mucho más recientes como la investigación con células madre han sufrido cambios de este tipo. Incluso culturas y religiones (por ejemplo, el cristianismo estuvo perseguido durante siglos por el imperio romano hasta que llegó a convertirse en la religión predominante de dicho imperio) se han desarrollado del mismo modo. Movimientos sociales, como el de la reciente primavera árabe, también han seguido el mismo principio.
Sin embargo, lo cierto es que no siempre se han expandido ideas buenas y positivas para el ser humano en general. Ideologías como el nazismo o el fascismo en general también han surgido y se han expandido de la misma manera.
Referencias bibliográficas:
- Moscovici, S. & Personnaz, B. (1980). Studies in social influence V: Minority influence and conversión behavior in a perceptual task. Journal of Experimental Social Psychology, 16: 270-282. Xie, J.; Sreenivasan, S.; Korniss, G.; Zhang, W.; Lim, C. & Szymanski, B.K. (2011). Social consensus through the influence of committed minorities. Physical Review E. 84 (1). American Physical Society.
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