El término autismo puede hacer referencia tanto a un trastorno del neurodesarrollo como a una categoría más amplia de trastornos mentales que se conoce como Trastornos del Espectro Autista (TEA).
El primer caso, el del autismo entendido como un trastorno específico, es una alteración mental que suele ser expresada por primera vez durante la primera infancia y cuyas causas son, en gran parte, genéticas, aunque la interacción con el ambiente también juega un importante papel (especialmente en los casos en los que se producen accidentes durante la gestación, nacimiento o crianza durante los primeros años). Entre los síntomas del autismo destacan las alteraciones en la comunicación y la interacción social y la aparición de una serie de rituales e intereses muy restringidos y repetitivos. Las personas que presentan autismo tienen dificultades a la hora de interpretar el lenguaje más allá de su literalidad, y en ciertos casos pueden llegar a padecer mucho si ocurren acontecimientos que desestructuren los hábitos diarios basados en rutinas.
En cuanto a los Trastornos del Espectro Autista, es un concepto amplio que engloba el anterior y que desde la edición del manual diagnóstico DSM-V ha pasado a integrar totalmente al igual de lo que ha ocurrido con el Síndrome de Asperger.
Psicología clínica hace 2 años