¿Cómo afecta a la salud mental la adicción a la pornografía?

La adicción a la pornografía es un fenómeno cada vez más extendido en una sociedad en la que, con acceso a Internet, es muy fácil dar con material sexualmente explícito en cuestión de segundos.

Sin embargo, a veces es caricaturizada o malinterpretada pasando por alto el verdadero daño que este problema genera en las personas que lo sufren. Por eso, en este artículo veremos cómo afecta a la salud mental la adicción a la pornografía.

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¿En qué consiste la adicción a la pornografía?

Como indica su nombre, la adicción a la pornografía es un problema psicológico basado en la dependencia al consumo de material pornográfico, algo que actualmente se hace sobre todo a través de dispositivos electrónicos con pantalla y, en menor medida, revistas y representaciones plásticas del acto sexual.

Aunque su categorización como adicción comportamental aún no está plenamente aceptada porque no hay consenso científico acerca de si es técnicamente un trastorno adictivo (como por ejemplo el alcoholismo o el juego patológico) u otro tipo de psicopatología, es considerado una alteración que debe ser intervenida con apoyo psicoterapéutico, ya que tiene la capacidad de dañar la calidad de vida de la persona que la sufre.

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¿Cómo influye a la salud mental la adicción a la pornografía?

Estos son, a grandes rasgos (ya que cada caso es único), los diferentes procesos a través de los cuales la adicción a la pornografía da lugar a problemas de salud mental.

1. Interfiere en la autoestima

A medida que esta alteración se consolida, la persona va aprendiendo a evaluarse negativamente debido a que es (al menos parcialmente) consciente de que el hecho de realizar esas rutinas con la pornografía le genera malestar y le aísla. Asume que una parte importante de su día a día es algo vinculado al sentimiento de vergüenza y que empobrece su calidad de vida y estanca su desarrollo personal.

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2. Puede dar lugar a sentimientos de culpa que se mantienen en el tiempo

Si la persona que sufre adicción a la pornografía está en una relación de pareja, el hecho de canalizar buena parte de su vida sexual de esa manera tiende a hacer que sienta culpa por no aportarle el suficiente interés a la otra persona, incluso en aquellos casos en los que se ha acordado que recurrir al material pornográfico no constituye una infidelidad.

3. Da lugar a dinámicas de procrastinación y un mal uso del tiempo en general

Las personas con adicción a la pornografía interrumpen tareas o las postergan con tal de masturbarse utilizando esta clase de material para excitarse. Eso hace que les cueste ceñirse a los horarios y se les acumulen las responsabilidades, algo que genera estrés.

4. Hace que surjan la frustración y la irritabilidad en contextos en los que no hay acceso a la pornografía

El hecho de llevar “demasiadas” horas sin usar pornografía hace que aparezca el malestar, el estrés, el hecho de estar de peor humor, etc. Es decir, que la dependencia lleva a la persona a necesitar pasar una y otra vez por la estimulación sexual con pornografía si quiere evitar el malestar a corto plazo. Y a su vez, se acostumbra a aliviar cualquier otro tipo de malestar a través de estas rutinas, aunque el problema en principio no tenga que ver con el deseo sexual.

5. Lleva a un estilo de vida basado en el aislamiento social

El hecho de necesitar tener pornografía a mano y de requerir privacidad constantemente hace que estas personas estén poco moteadas para relacionarse con las demás.

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6. Hace que el tiempo libre tienda a desaparecer

El uso de la pornografía eclipsa todo lo demás en la gestión del tiempo libre, por lo que la persona se va quedando sin aficiones y se siente estancada, incapaz de aprender si no es por obligación.

7. Da lugar a disfunciones sexuales

El umbral de excitación sexual de las personas que desarrollan adicción a la pornografía tiende a elevarse, de manera que suelen aparecer disfunciones sexuales en cualquier otra actividad sexual que no implique usar el material pornográfico de su elección en el momento.

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