Seguro que alguna vez te has planteado qué pasaría si fueras más normal respecto a las dinámicas y costumbres sociales actuales, para encajar mejor en la sociedad y en el entorno que te rodea.
Esta necesidad de parecernos más a la mayoría es frecuente en sociedades cada vez más alienantes y unificadoras como las que vivimos. Sin embargo, algunas personas pueden llegar a desarrollar una verdadera obsesión por ser normales y adaptarse a las normas sociales más extendidas, una patología que a la larga se convierte en un problema de salud mental.
Este fenómeno se conoce como “normopatía” y suele generar en la persona que lo padece una gran variedad de síntomas de malestar y angustia, así como de otra naturaleza más grave, que interfieren en su vida privada y afectan a su salud mental y psicológica.
¿Qué es la normopatía?
La normopatía es el impulso obsesivo que sienten algunas personas por ajustarse a las normas sociales y conseguir con ello una validación y aprobación social permanentes.
Resulta evidente que todos tenemos, en mayor o menor medida, un interés en encajar con la sociedad y en definitiva por ser lo más “normales” posibles, algo que sin duda nos ayuda a relacionarnos mejor con nuestro entorno y constituye un rasgo de personalidad adaptativo.
La mayoría de las personas logramos establecer, a lo largo de nuestra vida, un equilibrio entre el impulso interno por ser diferente y proyectar nuestra unicidad, y la necesidad de ajustarnos a las normas imperantes en el colectivo en el que vivimos.
El problema viene cuando algunas personas desarrollan un deseo patológico por ser normales, hasta el extremo de negar su propia naturaleza, su verdadero ser y todo lo que son en realidad.
Esta negación de uno mismo para presentarse como personas más normales y ajustadas a las demandas sociales imperantes, llega a causar un impacto muy negativo en la salud mental de las personas que padecen de normopatía.
Es por eso que se puede hacer frente a la normopatía construyendo un “Yo” fuerte, es decir, potenciando las características e ideas propias y personales, trabajando en hacer aflorar nuestra verdadera personalidad, por encima de convenciones sociales impuestas e ideas preconcebidas.
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Síntomas de la normopatía
La normopatía es un fenómeno psicológico que se lleva estudiando por los profesionales de la salud desde hace relativamente poco tiempo, no obstante, se ha logrado establecer una serie de características específicas de esta patología y comunes a todas las personas que la padecen.
1. Miedo a ser diferente
Una de las primeras características de las personas con normopatía es **el miedo constante a ser diferente al resto de personas de las que uno se rodea.
Existe una verdadera preocupación y un miedo atroz a ser percibido como diferente al grupo social en cualquier momento de la vida y también les aterra disentir, llevar la contraria o ser un elemento discordante dentro del grupo.
2. Necesidad de validación
La validación por parte del entorno y la aprobación social es el mayor de los anhelos para las personas que presentan normopatía y su día a día se basa en hacer todo lo necesario para recibirlas.
Es por eso que que el normópata adaptará siempre su personalidad al grupo en el que se encuentra, imitando el comportamiento de los demás y preguntando en todo momento qué opinan sobre cada tema a las personas que le rodean.
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3. Negación del propio “yo”
La necesidad de adaptación es tan intensa que las personas con normopatía llegan a negar su propio yo, es decir, su propia personalidad y quiénes son en realidad. Todo ello con el objetivo de ser normales y no desentonar en un grupo social determinado.
Negarse a uno mismo implica también crear una nueva personalidad artificial basada en cómo son las personas que le rodean y en lo que dicen, es decir, superficial, frívola y carente de autenticidad.
Esta negación de los propios sentimientos, pensamientos, ideas, aspiraciones o planteamientos, acaba pasando factura en la salud mental de la persona, quien tiende a ocultar su verdadera personalidad en el fondo de su psique, relegándola al olvido.
4. Déficit de pensamiento crítico
De igual manera, la normopatía se basa también en una falta absoluta de pensamiento crítico y en una dificultad notable para criticar, analizar o reflexionar sobre cualquier fenómeno social que sea aceptado por la mayoría.
De igual manera se tiende a aceptar como cierta cualquier idea, hábito, costumbre o planteamiento que constituya la norma social, sin pensar ni un segundo en la validez lógica de los mismos.
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5. Desconexión con uno mismo
Esta negación del propio “yo” lleva irremediablemente a la desconexión con uno mismo, es decir, al propio mundo emocional, intelectual y espiritual.
Las personas con normopatía desconectan del propio “Yo” para encajar en sociedad, y acaban teniendo criterios muy superficiales sobre todas las cosas que les rodean, y de igual manera son incapaces de desarrollar discursos profundos y elaborados sobre sus opiniones y gustos.
6. Falta de conexión con otros
Esta superficialidad que es consecuencia de la creación de una nueva personalidad artificial, también dificulta las relaciones con otras personas, ya que es casi imposible llegar a conectar con alguien cuando no se es verdaderamente uno mismo.
La negación del propio yo hace que jamás nos mostremos cómo somos verdaderamente y que las otras personas no puedan conocernos nunca en profundidad y de manera genuina.
7. Sensación de vacío interior
Al desconectar con sus emociones y sus sentimientos, las personas con normopatía acaban desarrollando una sensación intensa de vacía interior muy desagradable y angustiante; sienten que su vida no tiene sentido.
Eso ocasiona que se vuelquen aún más en adaptarse al entorno para sentirse mejor y en abandonar de manera más directa su personalidad, sus emociones y sus valores personales.
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Causas de la normopatía
Como fenómeno psicosocial que es, la normopatía no tiene una sola causa o desencadenante, sino varias que interactúan entre ellas y dan lugar a esta manera problemática de relacionarse con el mundo y con los demás. Algunas de ellas tienen que ver con la personalidad de la persona, y otras se asocian a las experiencias vividas en el pasado.
Teniendo en cuenta esto, veamos las principales causas de la normopatía, resumidas.
1. Vivencias traumáticas
Se considera desde el ámbito del estudio psicológico que las personas con normopatía pueden desarrollar esta patología tras experimentar una vivencia traumática que les marca durante años.
Estas vivencias traumáticas, como pueden ser las guerras, una experiencia de humillación o bien un episodio de rechazo; pueden generar una enorme vergüenza y ansiedad, que hace que la persona desconecte de su “yo” y sus heridas pasadas, y empiece un proceso de adaptación a la norma social establecida como mecanismo de supervivencia.
2. Conformismo extremo
Las personas con normopatía suelen ser adaptables y conformistas, es decir, capaces de adaptarse en todo momento a cualquier expectativa o petición.
La personalidad de los normópatas acaba siendo un mecanismo de adaptación al medio en el que se encuentran, entrenado para responder de manera adaptativa en cada momento en función de la norma social establecida y no de lo que uno siente.
3. Falta de habilidades sociales
La falta de habilidades sociales en personas con normopatía es notable y habitualmente les hace ser incapaces de relacionarse correctamente con otras personas.
Esto se debe, como hemos visto, a que su personalidad y su forma de actuar no son auténticas ni genuinas como mecanismo para intentar “compensar” los defectos que la persona ve en sí misma; por eso carece de herramientas para comunicarse o relacionarse de forma honesta y sincera y entra en un círculo vicioso de experiencias sociales frustrantes y generadoras de ansiedad.
Tomas Santa Cecilia
Tomas Santa Cecilia
Psicologo Consultor: Master en Psicología Cognitivo Conductual
4. Tendencia al neuroticismo
El rasgo de personalidad del neuroticismo hace que aumente el riesgo de desarrollar normopatía, debido las dificultades que esto gener a la hora de afrontar y gestionar la ansiedad.
Este fenómeno se asocia a la inestabilidad emocional, y el deseo de parecerse a los demás puede aparecer como una manera desesperada de intentar fijarse un referente de comportamiento y saber qué hacer ante l angustia que produce la indecisión de no saber qué hacer en la vida. A su vez, esto da lugar a problemas de autoestima.