Todos hemos oído alguna vez cómo alguien llama a otra persona paranoica, antisocial, narcisista u obsesiva-compulsiva.
Son formas de hablar, por lo que no tenemos por qué darle más importancia, pero debemos ser conscientes de que estos “adjetivos” son trastornos de personalidad que provocan enorme malestar a las personas afectadas y a su entorno más próximo.
Por ello creo que es interesante saber un poco más de estos trastornos y quizás, nos sirve para recapacitar sobre nuestro vocabulario y cómo nuestras palabras, a veces, pueden ir más allá.
Los trastornos mentales en general y los de personalidad, en particular, afectan a un elevado número de personas, por eso es interesante conocer un poco más de ellos porque esto nos ayudará a nosotros mismos y también, como sociedad.
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Las características de los trastornos de personalidad
Hay diferentes trastornos de personalidad, pero todos ellos mantienen unos criterios diagnósticos generales.
El comportamiento de la persona se apartará claramente de lo que su cultura considera correcto o de las expectativas ésta. Esto debe reflejarse en mínimo dos de las siguientes áreas:
- Cognición: la forma de percibir e interpretar.
- Afectividad: respuesta emocional.
- Actividad Interpersonal: relación con otras personas.
- Control de los impulsos.
Este comportamiento o conducta debe ser persistente, inflexible y afectar a una amplia gama de situaciones personales y sociales. Así mismo provoca malestar clínicamente significativo o afectación importante en áreas como las relaciones sociales o el entorno laboral.
Este tipo de comportamientos desadaptativos suelen iniciarse en la adolescencia o la edad adulta y se mantienen estables.
Por último es importante que sepamos que hay algunos trastornos de personalidad que son debidos a la ingestión de sustancias como medicamentos o drogas, o que pueden darse como consecuencia de una enfermedad médica. Por tanto, debemos saber si éste patrón de conducta persistente no es debido a ninguno de estos factores.
Clasificación básica de los trastornos de personalidad
Una vez definidos estos criterios generales, veremos algunos de los trastornos de personalidad para que podamos distinguirlos. Los dividiremos en 3 grupos según la similitud de sus características.
Cabe recordar que las características que veremos a continuación no tienen por qué definir el trastorno a no ser que se cumplan también los criterios definidos anteriormente.
Raros o excéntricos
Este grupo de trastornos se caracteriza por un patrón claramente anormal tanto en relación a la cognición como en la expresión y la relación con los demás.
- Paranoide: muestran una desconfianza y suspicacia excesivas, interpretando las intenciones de los demás como maliciosas. Sospechan que se van a aprovechar de ellos, que les harán daño o les engañaran. También presentan dudas injustificacadas en relación a la lealtad o fidelidad y una reticencia a confiar en los demás.
- Esquizoide: distanciamiento de las relaciones sociales y dificultad para la expresión emocional. No disfrutan de las relaciones sociales, no tienen amigos o personas de confianza, se muestran como personas frías y distantes.
- Esquizotípico: déficit social e interpersonal asociado a un malestar agudo y poca capacidad para las relaciones personales. Distorsiones cognoscitivas o perceptivas y excentricidades en su comportamiento. Tienen creencias raras o una tendencia al pensamiento mágico que influye en su comportamiento. Suelen tener experiencias perceptivas inhabituales, pensamientos, lenguaje y apariencia raros; son suspicaces, tienen dificultades afectivas, falta de amigos íntimos o ansiedad social.
Dramáticos, emotivos o inestables
Los siguientes trastornos se caracterizan por un patrón de violación de las normas sociales, comportamientos impulsivos, emotividad excesiva y grandiosidad.
- Antisocial: desprecio y violación de los derechos de los demás. No se adaptan a las normas sociales relativas al comportamiento legal, son personas deshonestas y mienten de forma habitual. Presentan impulsividad, irritabilidad y agresividad, así como una falta de remordimientos, irresponsabilidad persistente e incapacidad para hacerse cargo de sus obligaciones.
- Límite: se caracterizan por la inestabilidad en las relaciones interpersonales, la autoimagen y la efectividad. Impulsividad. presentan alteración de la identidad, impulsividad y relaciones inestables e intensas. También muestran comportamientos, intentos o amenazas suicidas recurrentes o comportamientos de automutilación, así como sentimientos crónicos de vacío y una ira inapropiada e intensa.
- Histriónico: presentan un estilo de conducta teatral, excesiva emotividad y búsqueda de atención. Quieren ser el centro de atención y muestran comportamientos seductores o provocadores, expresión emocional superficial y cambiante. Llaman la atención utilizando su físico, la auto-dramatización, la teatralidad o la exageración. Son fácilmente influenciables y consideran sus relaciones más íntimas de lo que realmente son.
- Narcisista: presentan la necesidad de admiración y un patrón general de grandiosidad, así como falta de empatía. Se creen muy importantes, están preocupados por obtener un éxito ilimitado, poder, belleza. Exigen admiración excesiva y se aprovechan de los demás. No muestran empatía pero sí una envidia frecuentemente a los demás, y se muestran arrogantes o soberbios.
Ansiosos o temerosos
Los trastornos de este grupo se caracterizan porque muestran temores anormales. Sus tipos son los siguientes.
- Evitativo: muestran inhibición social y sentimientos de inferioridad. Evitan el contacto con otras personas por miedo a las críticas o al rechazo. También miedo a ser avergonzados o criticados. Se ven a sí mismos socialmente ineptos, poco interesantes o inferiores a los demás.
- Dependiente: presentan la necesidad de que se ocupen de ellos, así como tendencia a la sumisión y a los temores de separación. Tienen dificultades para tomar decisiones cotidianas, necesitan que sean otros lo que asuman la responsabilidad, tienen dificultades para expresar su desacuerdo por miedo a la desaprobación. También muestran temores exagerados a ser incapaces de cuidar de sí mismos.
- Obsesivo-compulsivo: se caracterizan por la preocupación por el orden, el perfeccionismo y el control. Se preocupan por los detalles, las normas, las listas, el orden, los horarios... suelen tener una dedicación excesiva al trabajo. Presentan una intensa terquedad, escrupulosidad e inflexibilidad en temas relacionadas con la moral, la ética o los valores. También dificultad para deshacerse de objetos materiales. Son reacios a delegar tareas en otros y suelen ser personas avaras con los gastos para sí mismos y para los demás.