¿Cómo es el tratamiento del Tabaquismo?

Aunque es cierto que la adicción al tabaco es una forma de dependencia bastante normalizada hoy en día, sigue siendo un problema de salud muy dañino tanto a medio como a largo plazo. Y es que más allá de los efectos que tiene sobre el cuerpo el hecho de fumar cigarrillos, incluso la toma frecuente de nicotina sin pasar por los pulmones supone ver deteriorada la propia salud mental, ya que no deja de ser una forma de drogadicción por la manera en la que afecta al sistema nervioso.

En este artículo veremos en qué consiste el tratamiento del tabaquismo, partiendo de la idea de que toda personal que desarrolla dependencia al tabaco termina necesitando ayuda terapéutica profesional y que cuanto antes empiece a ir a terapia, mejor.

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¿Qué es el tabaquismo?

Lo que popularmente se conoce como tabaquismo es, en realidad, la adicción a la nicotina, cuya variante más común consiste en el consumo frecuente de cigarrillos de tabaco. Se trata de una enfermedad tan extendida que está considerada una epidemia por la Organización Mundial de la Salud, y se estima que en España alrededor del 15% de los mayores de 16 años la sufre.

Esta adicción genera un proceso de adicción química y otro proceso de adicción de tipo psicosocial. En lo que respecta a la dependencia química, la nicotina modifica las interconexiones neuronales de ciertas partes del cerebro, haciendo que el sistema nervioso funcione de una manera alterada si van pasando las horas y no se vuelve a consumir esta sustancia, además de hacer aumentar la tolerancia (la persona cada vez necesita fumar más para obtener el mismo efecto de alivio transitorio).

En cuanto a la adicción psicosocial, hay que tener en cuenta que fumar se convierte en un hábito integrado en el estilo de vida del fumador, y “desengancharse” de esta droga cuesta tanto por la presión social de los entornos por los que se mueve, como por la costumbre de sacar un cigarrillo y llevárselo a la boca en ciertas situaciones; hay gente que incluso cree que fumar le relaja, a pesar de que el tabaco no tiene este efecto más allá de aplacar el síndrome de abstinencia durante unos minutos. Eso hace que algunas personas con adicción a la nicotina se sientan vulnerables si no pueden fumar, notan como si no pudieran ser “ellas mismas”.

Aunque es cierto que en el ámbito europeo se ha registrado una reducción del porcentaje de las personas con adicción al tabaco (las generaciones más jóvenes consumen menos esta droga), sigue siendo un verdadero problema de salud pública, y el tratamiento del tabaquismo está entre los motivos de consulta más comunes en los centros de terapia especializados en las adicciones. Por suerte, si es atajada a tiempo mediante una intervención terapéutica completa, esta patología puede remitir hasta el punto de que la persona puede hacer vida normal y no ver reducidos sus años de vida.

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¿Cómo es el tratamiento del tabaquismo?

La intervención terapéutica sobre el tabaquismo reposa sobre dos grandes pilares: la psicoterapia y el apoyo médico. En este último apartado, la modalidad de intervención más común es la terapia de reemplazo, que consiste en sustituir los cigarrillos por otros productos con cantidades menores de nicotina que sirvan para aliviar el síndrome de abstinencia y ofrezcan una fase de inicio hacia la desaparición de este hábito. Los más usados son chicles de nicotina, ciertos sprays nasales, y parches de nicotina, que deben ser utilizados siguiendo las instrucciones del terapeuta.

Otro de los recursos del tratamiento del tabaquismo es su vertiente médica es la utilización de ciertos psicofármacos para ayudar a sobrellevar el síndrome de abstinencia; se trata de medicamentos, por lo que deben ser tomados siempre siguiendo las indicaciones del médico, debido al potencial dañino de sus efectos secundarios; la Vareniclina y el Bupropión son dos de los más utilizados.

Por otro lado, la terapia psicológica también es muy relevante en los procesos de tratamiento para la adicción al tabaco; en este caso no se tiene como objetivo introducir sustancias en el cuerpo capaces de generar determinados efectos en las neuronas del sistema nervioso central, sino ayudar a la persona a autorregular sus patrones de comportamiento y sus procesos mentales para evitar las recaídas en el tabaco. Por ejemplo, en el marco de la terapia cognitivo-conductual, se ayuda al paciente a cuestionar sus creencias pesimistas sobre su capacidad de superar la adicción, se le entrena en técnicas de automotivación, y se le ayuda a identificar situaciones y pensamientos que aumentan el riesgo de recaer para neutralizar su influencia rápidamente.

Otro aspecto importante de la psicoterapia para la dependencia al tabaco consiste en el entrenamiento en técnicas de relajación y prácticas como el Mindfulness, útil para mitigar el estrés producido por “el mono” del síndrome de abstinencia, así como la disponibilidad de apoyo terapéutico mediante llamadas o mensajes de chat en situaciones de crisis emocional o aumento repentino el riesgo de recaída.

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