Estrés por discrepancia masculina: qué es y cómo afecta a los hombres

El estrés por discrepancia masculina lleva a algunos hombres a atacar y a sentirse atacados.

Estrés por discrepancia masculina

Se han llevado a cabo varias investigaciones acerca de los roles de género cuyos resultados sugieren que los hombres que se adhieren de manera firme a las normas tradicionales con respecto al género masculino son más propensos a cometer actos violentos hacia sus parejas.

No obstante, esta hipótesis no es la única causa explicativa de la violencia de pareja, ya que hay otras variables que pueden influir. Por otro lado, se investigó el estrés por discrepancia masculina debido a que en la investigación se encontró que los hombres que no se ajustan a los roles masculinos también podían estar en riesgo de llevar a cabo violencia de pareja.

Cabe destacar que los resultados realizados por las investigaciones acerca de la relación entre el estrés por discrepancia masculina y una serie de conductas violentas con el fin de demostrar la propia masculinidad no pueden ser extrapolables a la población general debido a que harían falta más estudios que puedan demostrar esta correlación.

Por ello, en este artículo explicaremos en qué consiste el estrés por discrepancia masculina y cuáles han sido los resultados de las investigaciones realizadas al respecto.

¿Qué es el estrés por discrepancia masculina?

El estrés por discrepancia masculina consiste en una forma de sufrimiento prolongado que sufren algunos hombres cuando no cumplen con las expectativas tradicionales con respecto al género masculino, debiendo demostrar atributos como dominio, dureza o fuerza, entre otros. Por ello, pueden llegar a sufrir angustia a nivel psicológico de forma y a su vez esto podría precipitar que llegasen a llevar a cabo comportamientos sexual y físicamente violentos con el objetivo de querer demostrar su propia masculinidad.

Como podremos comprobar más adelante, la relación entre el estrés por discrepancia masculina y los actos de violencia en pareja o en otros contextos que se ha podido encontrar en las investigaciones de las que se va a hablar en este artículo no son concluyentes ni cuentan con una muestra lo suficientemente grande como para ser representativos dentro de la población general.

Sin embargo, es importante tener en cuenta este concepto conocido como estrés por discrepancia masculina y las repercusiones negativas a nivel psicológico que tiene para quienes lo sufren, así para quienes les rodean; ya que el objetivo de estas investigaciones es aportar más información, tanto a otros investigadores como a la población general, información con respecto a este tema.

Investigaciones sobre el estrés por discrepancia masculina En un estudio realizado por Dennis E. Reidy y sus colaboradores sobre el estrés por discrepancia masculina, en el que participaron 600 hombres con edades comprendidas entre los 18 y los 50 años, en el que debieron completar unos cuestionarios con respecto al tema a investigar.

En uno de los cuestionarios debieron responder a unas preguntas en escala Likert, desde 1 (en desacuerdo) a 7 (totalmente en desacuerdo); estando todas las preguntas relacionadas con los roles del género masculino tradicionales en la sociedad, siendo estas preguntas las que se enumeran a continuación:

  • Soy menos masculino que el hombre promedio.
  • En comparación con mis amigos no soy muy masculino.
  • La mayoría de las mujeres que conozco me dicen que no soy tan masculino como la mayoría de los hombres.
  • Me preocupa que los demás me juzguen porque no soy como el hombre típico.
  • Algunas veces me preocupo por mi masculinidad.
  • Me preocupa que las mujeres me vean menos atractivo porque no soy tan machista como otros hombres.

En el estudio se buscaba inicialmente investigar e identificar si el estrés por discrepancia masculina es un factor de riesgo para llevar a cabo agresiones físicas, psicológicas y sexuales por parte de hombres heterosexuales contra las mujeres, llegando a concluir que esta asociación era cierta.

Por tanto, se ha podido averiguar que los hombres que padecen lo que se conoce como estrés por discrepancia masculina, al percibirse a ellos mismo como menos que el hombre promedio, pueden llegar a interpretar algunas interacciones ambiguas como desafíos hacia su propia masculinidad. Esto podría llegar a desencadenar que llevarán a cabo respuestas con el fin de demostrar o reafirmar su estatus de masculinidad. Por otro lado, se encontró que había una mayor correlación entre el estrés por discrepancia masculina y la violencia de pareja entre las personas más jóvenes.

Estrés por discrepancia masculina en adolescentes

Se llevó a cabo un estudio acerca del estrés por discrepancia masculina en el que participaron 589 varones adolescentes del condado estadounidense de Wayne (Michigan). En dicho estudio completaron una encuesta que evaluaba la discrepancia por los roles de género, el estrés por discrepancia masculina y los antecedentes de violencia de pareja tanto físicos como sexuales.

Mediante un análisis de regresión realizado se encontró que los niños que habían afirmado poseer una discrepancia de género y el estrés por discrepancia masculina asociado, en general, corrían un riesgo mayor de llegar a participar en un futuro en actos de violencia.

Las conclusiones de estudio explicaron que el estrés por discrepancia masculina en los adolescentes que participaron en el estudio podría hacerles más propensos a llevar a cabo conductas de violencia contra las mujeres como medio para demostrar su masculinidad a sí mismos o a otras personas y también para desmentir posibles amenazas contra su masculinidad por parte de sus parejas.

Al igual que ocurre con los estudios hechos con adultos, hay que tener en cuenta que este estudio no es extrapolable para la población adolescente general, ya que hay más factores que influyen en que una persona cometa acciones violentas.

Masculinidad

Sin embargo, es importante tener presente también este estudio realizado acerca del estrés por discrepancia masculina en población adolescente con el fin de identificar posibles factores de riesgo y protección, así como crear conciencia en la población general acerca de la importancia de que las personas desde la adolescencia aprendan a respetar a sus parejas.

También es fundamental concienciar a la población de que la masculinidad, al igual que la feminidad, es mucho más compleja que el hecho de poseer o no una serie de características tradicionalmente asociadas a cada género. Por ejemplo, en el caso de la masculinidad, que típicamente se ha asociado con la fuerza, la dominancia o la dureza, PERO si nos ceñimos solamente a poseer esas características tan superficiales, cuando una persona no se ajusta a los cánones sociales con respecto a los roles de género, es cuando surgen los problemas, como el estrés por discrepancia masculina.

Estrés por discrepancia masculina y malestar emocional

En un estudio realizado con varones universitarios se encontró que el estrés por discrepancia masculina podría desencadenar una hiperestereotipación de la conducta y una serie de afecciones en la salud mental, causando malestar emocional. En dicho estudio se analizó las experiencias de 5 varones universitarios que reportaron estrés por discrepancia masculina con el fin de investigar sus percepciones acerca de dicha discrepancia, así como el malestar emocional asociado y los efectos que esto tenía en su comportamiento.

Los resultados del estudio mostraron que la autocrítica por parte de los sujetos evaluados junto a comentarios negativos acerca de su masculinidad recibidos por parte de otras personas les causaron malestar emocional, cambiando destacar también sentimientos de tristeza, miedo e ira.

El estudio concluyó que el estrés por la discrepancia masculina y la autopercepción de los varones que participaron en el estudio, los hace propensos a realizar conductas de riesgo con el fin de mostrar una mayor masculinidad y el sentimiento de no poder llevar a cabo conductas que tradicionalmente se han asociado en la sociedad a la masculinidad les produce malestar emocional.

Al igual que ocurre con los otros estudios que se han mencionado, cabe destacar que no se pueden extrapolar a la población general.

Conclusiones de investigaciones sobre el estrés por discrepancia masculina

Mosher y Sirkin encontraron en su investigación que en los casos de hombres que padecían estrés por discrepancia masculina era frecuente que utilicen la agresión ante cualquier situación en la que sientan una amenaza o desafío hacia su propia masculinidad. Entre todas las formas de agresión, se pudo comprobar que la violencia física era uno de los métodos más comunes y destacados que estos hombres llevaban a cabo con el fin de demostrar que eran igualmente masculinos o incluso más que el hombre promedio.

Otros estudios realizados encontraron que los hombres que experimentan altos niveles de estrés por discrepancia masculina afirmaron sentirse inseguros con respecto a su rol masculino, por lo que pueden llegar a realizar una serie de conductas con el fin de demostrar e igualar la percepción de su masculinidad a la de otros hombres. Incluso es posible que tengan que esas amenazas percibidas hacia su masculinidad propicia que aumente aún más su inseguridad no solamente en el ámbito de sus relaciones íntimas, sino en cualquier otro ámbito relacionado con las relaciones interpersonales.

Los hallazgos de estas investigaciones deben ser interpretados con mucha cautela debido a que los tamaños del efecto para las variables predicadoras de forma individual fueron pequeños, por lo que los factores que se sugiere que podrían contribuir a la violencia de los hombres contra sus parejas íntimas femeninas no están del todo claros, como ocurre con el caso del estrés por discrepancia masculina.

Hay que tener en cuenta que los resultados de las investigaciones que han encontrado una relación entre padecer estrés por discrepancia masculina y cometer conductas agresivas, entre las que se encuentra la violencia de pareja, con el fin de demostrar que la propia masculinidad está acorde con los cánones tradicionales con respecto a la masculinidad en la sociedad, no cuentan con el suficiente apoyo empírico para poder extrapolarse a la población general, ya que se necesitan más estudios y con muestras más grandes que llegasen a demostrar que esta hipótesis es concluyente.

También hay que tener en cuenta que los cuestionarios de autoinforme que se emplearon en las investigaciones podrían no reflejar con demasiada precisión el comportamiento de los encuestados en la vida real, lo que también ocurre con las tasas de prevalencia encontradas.

No obstante, se pretende llevar a cabo estudios longitudinales acerca de la predicción de la violencia de género partiendo de que el hombre padezca estrés por discrepancia masculina, entre otros factores que podrían estar relacionados, como la socialización de los roles de género o que hubiera un inicio de la violencia de pareja en la adolescencia.

Aunque este estudio presenta algunas limitaciones, es importante tomarlo en consideración y estar al tanto de que muchos hombres sufren malestar psicológico debido a que sienten que se pone en entredicho su masculinidad, padeciendo el mencionado estrés por discrepancia masculina. También es crucial tener en cuenta la relación de esta discrepancia con la violencia de pareja, debido a que puede servir como base para futuras investigaciones en el terreno de la violencia de género y las variables predictivas que están relacionadas con estas conductas deplorables.

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Psicólogo

Mario Arrimada es Graduado en Psicología en la Universidad Pontificia de Salamanca y dispone de un Máster de Actualización en Intervención Psicológica y Salud Mental en la Universidad a Distancia de Madrid. Varios cursos de formación, entre ellos el de Experto en Trastornos de la Personalidad con la Asociación Española para el Fomento y Desarrollo de la Psicoterapia, de Experto en Mindfulness y de Experto en DSM5 y CIE11, ambos en la UDIMA.

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