El estrés es una respuesta psicológica y fisiológica que desarrollamos los seres humanos de manera natural ante situaciones de peligro o amenaza, ya sea real o imaginada.
Esta respuesta biológica es totalmente normal y en los albores de nuestra especie tuvo una función adaptativa y de supervivencia a la cual recurríamos constantemente y que, en muchos casos, aún nos ayuda hoy en día; a fin de cuentas, el estado de activación al que nos induce nos prepara mejor para reaccionar con rapidez ante señales de peligro. No obstante, en la actualidad es fácil interiorizar patrones de comportamiento que nos predisponen a estresarnos sin que ello nos favorezca, o incluso causándonos un malestar innecesario.
Con el fin de manejar las situaciones de estrés diarias, la investigación científica ha permitido a los psicólogos establecer una serie de consejos generales de prevención y gestión del exceso de estrés, aunque en última instancia lo mejor es ver caso por caso qué funciona mejor.
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¿Cuáles son las principales claves que nos permiten manejar el estrés diario?
A continuación presentamos los principales consejos generales que nos pueden ayudar a manejar el exceso de estrés adecuadamente.
1. Mantener un conjunto de hábitos saludables diarios
La salud física está ligada a la salud mental; si no cuidas de tu cuerpo, serás más susceptible al estrés porque notarás que todo te desborda, que no tienes energía para afrontar los retos del día a día. Por ello, debes incorporar a tu modo de vida hábitos saludables basados en comer lo necesario, dormir lo suficiente y hacer ejercicio regularmente.
Estos hábitos abarcan todas las áreas del día a día de la persona y van desde una correcta alimentación, una higiene personal óptima y una práctica diaria de ejercicio a unos hábitos de sueño reparadores, es decir, dormir las horas necesarias para que el cuerpo descanse.
Manteniendo este tipo de hábitos aseguraremos que tanto nuestra mente como nuestro cuerpo están bien cuidados y funcionan correctamente.
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2. Potenciar la organización semanal
Las personas que más organizan su día a día son las que suelen tener menos problemas de ansiedad o estrés diario, ya que saben en todo momento qué responsabilidades deben atender en todo momento.
Llevar al día una agenda en la que podamos ver a semana vista todas las obligaciones de las que tenemos que ocuparnos nos ayudará a ser más diligentes y productivos, y contribuirá a reducir nuestros niveles de estrés.
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3. Establecer prioridades
Los profesionales de la psicología recomiendan que para hacer frente a los casos de estrés que puedan aparecer durante el día debemos establecer con claridad cuáles son nuestras prioridades.
Este consejo se relaciona con el anterior, ya que tiene que ver con la forma en la que organizamos nuestro día a día y consiste en tener claro qué cosas son urgentes y deben realizarse de manera inmediata y qué tareas pueden esperar un poco más a ser realizadas.
Esto nos ayudará a estar más tranquilos, sabiendo en todo momento qué es lo más urgente y qué responsabilidades tienen un grado de urgencia menor.
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4. Favorecer las relaciones interpersonales
Las personas que mantienen una vida social ocupada son aquellas que muestran generalmente menores niveles de estrés y de preocupaciones en su día a día.
Es por eso que debemos primar aquellas relaciones interpersonales con gente que nos llenen de verdad, que nos haga felices y cuya mera presencia nos ayude a recargar pilas y olvidarnos de todas nuestras preocupaciones durante algunas horas.
Estas personas especiales pueden ser familiares, amigos íntimos o nuestra pareja, lo importante es que sea alguien con quienes nos sentimos a gusto y con quien podemos compartir todo tipo de confidencias.
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5. Dedicar el tiempo a proyectos ilusionantes y aficiones que conecten contigo
Así como relacionarnos con personas queridas o significativas para nosotros nos ayudará a reducir los niveles de estrés, dedicar algún tiempo a actividades que nos generen placer y bienestar mediante un sistema de incentivos a corto, medio y largo plazo también es una de las mejores formas que tenemos de superar el estrés diario.
Esto nos servirá para experimentar motivación intrínseca asociada a un proceso de superación y aprendizaje constante, generando un contexto que permite tanto liberar tensiones como reforzar nuestra autoestima.
Lo importante de pasar tiempo de calidad con nosotros mismos consiste en satisfacer algunas de nuestras necesidades y realizar aquellas actividades que nos hacen felices y nos ayudan a realizarnos como seres humanos.
Algunas de estas actividades pueden ser estudiar de manera autodidacta leyendo libros, hacer deporte, dedicarnos a actividades artísticas, etc.
6. Llevar a cabo nuevas experiencias
Vivir nuevas experiencias enriquecedoras nos ayuda a aumentar la autoestima, a sentirnos mejor con nosotros mismos y en definitiva a ser más felices en la vida.
Estas nuevas experiencias ponen a prueba nuestras habilidades y nos ofrecen nuevos conocimientos, además de servir para desviar la atención de todas aquellas ideas o problemas que nos generan el estrés diario.
Algunas de las nuevas vivencias que podemos incorporar a nuestra vida diaria son el aprendizaje de nuevos idiomas, el estudio de conocimientos o habilidades que nos puedan ser interesantes o la participación en todo tipo de competiciones deportivas que nos motiven.
7. Aprender técnicas de gestión emocional
Las técnicas de gestión emocional son estrategias que nos permiten minimizar el efecto negativo de las emociones que nos abordan diariamente y adoptar formas más adaptativas para vivir en un entorno que pueda generarnos estrés.
Estas técnicas pueden ser aprendidas y entrenadas con relativa facilidad, y algunas de las más habituales son: analizar la utilidad de pensamientos que nos generan estrés, valorar si tenemos un modelo de pensamiento demasiado perfeccionista, diferenciar la posibilidad de que algo ocurra de la probabilidad y aprender a decir que “no” a determinadas cosas.
8. Aprender técnicas de relajación
De igual manera, las técnicas de relajación nos ayudan a encontrar estados de quietud, tranquilidad y equilibrio emocional en el día a día, lo que nos permite superar aquellos estados de estrés excesivo.
Algunas de las técnicas de relajación que podemos aplicar en nuestro día a día más habituales son el yoga, la meditación, la respiración consciente, el Mindfulness y la relajación muscular progresiva.
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9. Acudir a terapia
Acudir a terapia es la mejor manera de aprender a manejar el estrés; por eso, si notas que este tipo de malestar te afecta de manera muy intensa o llevas sufriendo por ello durante meses, es la medida que debes tomar para velar por tu salud mental. A fin de cuentas, te permite disponer de apoyo profesional personalizado y adaptado a tus necesidades y modo de vida.
Además, un psicólogo también nos ayudará a tratar cualquier otra alteración psicológica o emocional asociada al exceso de estrés o incluso causante de este.
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