Las personas somos animales sociales, lo que significa que somos seres que necesitan de la interacción con otros, hasta tal punto que a lo largo de toda nuestra evolución como especie hemos desarrollado un sistema de sociedades que nos permite disfrutar de la sensación de que pertenecemos a algo mucho mayor que nosotros.
De este punto de vista, sería lógico pensar que todas las personas consiguen desarrollar las mismas habilidades de socialización, pero esto no es para nada la realidad. Debido a diferentes factores de influencia algunas personas no consiguen desarrollar estas habilidades por completo, por lo que a lo largo de este artículo veremos algunos consejos sobre cómo socializar mejor.
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¿Qué significa socializar?
El acto se socializar, también conocido como socialización, es un proceso por el que pasan prácticamente todas las personas y que consiste en la asimilación cognitiva de todos los elementos, principios y fundamentos socioculturales de su entorno para, a continuación, integrarlos en la estructura de su personalidad, todos ellos mediados por el influjo de sus experiencias vitales y agentes sociales.
Este proceso se lleva a cabo gracias a la actuación de los agentes sociales, los cuales están constituidos por el entorno familiar, la escuela, los iguales e, incluso, los medios de comunicación e instituciones.
Dentro de todos estos agentes, la familia es considerada como una pieza esencial en el proceso de socialización ya que supone nuestro primer contacto con personas diferentes a nosotros mismos y sirven de guía para nuestros primeros contactos con el mundo exterior.
En segundo lugar se encuentra la escuela, dentro de este contexto aprendemos las pautas a seguir para la interacción con nuestro iguales, así como también supone un primer trato con figuras de autoridad diferentes a los padres o tutores.
¿Por qué no todas las personas son igualmente capaces?
Entre las personas existen grandes diferencias a la hora de desarrollar las habilidades que nos permiten socializar con el resto. Mientras que algunas exhiben grandes capacidades para relacionarse y generar amistades de manera muy sencilla, a otras les supone un gran esfuerzo.
Estas dificultades para conocer gente y entablar amistades pueden ocasionar grandes sentimientos de frustración y angustia, puesto que la persona siente la necesidad y desea interactuar con otros pero su desconocimiento o falta de habilidades se lo imposibilitan.
Las habilidades que nos permiten interactuar con otros y establecer vínculos de amistad y personales positivos son conocidas como habilidades sociales. Este concepto engloba todas aquellas conductas y comportamientos llevadas a cabo por la persona dentro de un contexto interpersonal.
Básicamente consiste en la expresión de emociones, sentimientos, deseos y opiniones de manera efectiva y adecuada según la situación en la que se encuentra la persona. Además, también se caracteriza por la capacidad de respetar a los demás y de resolver los problemas de manera efectiva minimizando las consecuencias y futuras complicaciones.
El motivo por el cual algunas personas no poseen estas habilidades es que no han tenido la oportunidad de aprenderlas y ponerlas en práctica, bien por modelos de aprendizaje inadecuados o poco directos, o bien por la interferencia de pensamientos negativos o inseguridades debidas a experiencias vitales negativas.
7 consejos para socializar mejor
No obstante, al igual que el resto de habilidades estas son susceptibles de ser aprendidas y practicadas. Aunque con el paso del tiempo esto puede resultar un poco más complicado, nunca es tarde para cambiar o mejorar los hábitos y pautas de socialización.
A continuación repasaremos una serie de sugerencias que no facilitarán el interactuar con otras personas y nos ayudarán a sentirnos más cómodos.
1. Empezar poco a poco
Debido a la tensión que puede generar iniciar una conversación o un contacto con otra persona, vale la pena empezar poco a poco. Escoger lugares poco masificados, que permitan mantener una conversación tranquila con una o dos personas.
Elegir contextos cotidianos en los que las personas hablan de manera natural o habitual como son las colas de los supermercados e iniciar una pequeña interacción casual nos permitirá practicar y perder el miedo a iniciar conversaciones.
De la misma manera, es recomendable empezar por pequeños comentarios, que puedan dar paso a una conversación pero sin que resulten expresiones o oraciones rebuscadas o excesivamente profundas. Comentarios circunstanciales que manifiesten puntos en común con la otra persona suelen ser muy efectivos a la hora de crear un vínculo.
2. Sonreir
Por supuesto no nos referimos a sonrisas forzadas o constantes, ya que estas pueden transmitir una sensación de extrañeza o desconfianza al resto de personas. Sonreír cuando alguien se acerque, cuando se realicen comentarios divertidos y mantener un gesto facial relajado y desenfadado nos ayudará a sentirnos cercanos a las personas y a que estas se sientan cómodas con nosotros.
3. Mantener un contacto visual adecuado
Mirar a las personas mientras están hablando es una señal de que estás escuchando y facilita la creación de vínculos con los demás. De lo contrario parecerá que no nos interesa lo más mínimo lo que cuenta y esto puede crear una barrera entre ambos.
De la misma manera, si somos nosotros quienes hablamos también es recomendable mantener el contacto visual con nuestro interlocutor o interlocutores, ya que esto transmite seguridad y también facilita la creación de lazos personales o de amistad.
4. Escuchar
Socializar con implica solamente hablar con otras personas, sino también atenderlas y escuchar activamente lo que no están contando. Una escucha activa nos permitirá recoger la información suficiente de la otra persona para poder formular las preguntas y comentarios adecuados, lo cual nos permitirá continuar la conversación de manera efectiva y transmitir interés por el otro.
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5. Observar
Observar a las personas que nos rodean o con la que mantenemos una conversación nos puede dar mucha información sobre ellas, como por ejemplo sobre cómo se sienten al hablar de un tema. Esta información nos va a permitir conectar con ellos y facilitar el inicio y progreso de la conversación.
6. Mantenerse informado
Saber qué ocurre a nuestro alrededor, cuáles son las últimas noticias y acontecimientos nos proveerá de un amplio abanico de temas con los que iniciar conversaciones y poder intervenir eficazmente en los debates que puedan aparecer a lo largo de las reuniones sociales.
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7. No juzgar
Si al llegar a un espacio de reunión lo primero que haces es realizar juicios de valor crearás una barrera entre tu y el resto de personas, puesto que eliminarás la posibilidad de conocerlas y saber cómo son realmente, sobre todo si estos juicios son negativos.
De la misma manera, realizar críticas o juicios de valor negativos ante personas que acabas de conocer suele transmitir una muy mala imágen por lo que solamente conseguirás alejar a estas personas de ti.